Israel sumido en caos político por las cuartas elecciones en cuatro años
El país se precipita hacia otra fase de parálisis con Netanyahu aferrado al cargo para evitar la acción de la justicia
Las cuartas elecciones generales celebradas en los últimos dos años han vuelto a arrojar como resultado un escenario político paralizado del que es responsable el actual primer ministro en funciones Benjamín Netanyahu —procesado por fraude, soborno y abuso de poder—, que busca permanecer en el cargo durante el mayor tiempo posible para asegurarse la inmunidad.
En sí mismo, este dato ya es un revés para un político que aspiraba a lograr el apoyo de una mayoría absoluta en la Cámara tras una campaña en la que ha tratado de sacar el máximo rédito electoral tanto del exitoso programa de vacunación israelí contra la covid como de los avances diplomáticos logrados desde las anteriores elecciones por intervención directa del gran aliado exterior de Netanyahu durante estos años el ex presidente de Estados Unidos Donald Trump.
Ahora Netanyahu, o también alternativamente por el otro lado sus opositores políticos, tienen que demostrar la, digamos, cuadratura del círculo, y lograr que ideologías enfrentadas de distintos partidos acepten, a pesar de todo, sentarse juntas en un mismo gobierno.
Tanto Netanyahu como sus rivales políticos lo tienen muy difícil.